Corría el año 2007 cuando un grupo de chicos peleaba por un espacio, allí donde la calle Estrada se besa con el mar, para correr detrás de la pelota, para continuar con los campeonatos en dónde más de 60 pibes mostraban toda su capacidad de organización y de juego.
Allí empieza la historia.
Una franja de terreno peleada al sin sentido de algún vecino que anhela la usucapión por el solo hecho de tener más y un grupo de chicos que añora tan solo un poco de verde para patear.
Pero los sueños no se apagan con alambrados, con escombros, ni siquiera con la indiferencia. Los sueños son para realizarlos, para que crezcan... las paredes del barrio ya nos anoticiaban en esos días que el CAE se venía...
Y así, poco a poco fueron naciendo los colores de "la CAE": azul por el amplio mar, verde por el césped y la línea blanca que marca los límites de la cancha donde rueda y rueda la Nº 5.
También es cierto que todo sueño necesita de alguien que lo empuje y Matías López Irusta (15) lo hizo... se juntó con uno y con otro y no arrugó hasta que el 8 de febrero de 2008, bajo la sombra de un pequeño árbol un grupo de 12 chicos decidieron que ya era hora de parir el sueño del club.
Fue al viernes siguiente, cuando un grupo de padres y madres nos reunimos para hacer todos los papeles que se requieren para la oficialización del Club Atlético Estrada.
Mientras tanto la historia continúa: chicos y grandes la estamos escribiendo con la vida...
Allí empieza la historia.
Una franja de terreno peleada al sin sentido de algún vecino que anhela la usucapión por el solo hecho de tener más y un grupo de chicos que añora tan solo un poco de verde para patear.
Pero los sueños no se apagan con alambrados, con escombros, ni siquiera con la indiferencia. Los sueños son para realizarlos, para que crezcan... las paredes del barrio ya nos anoticiaban en esos días que el CAE se venía...
Y así, poco a poco fueron naciendo los colores de "la CAE": azul por el amplio mar, verde por el césped y la línea blanca que marca los límites de la cancha donde rueda y rueda la Nº 5.
También es cierto que todo sueño necesita de alguien que lo empuje y Matías López Irusta (15) lo hizo... se juntó con uno y con otro y no arrugó hasta que el 8 de febrero de 2008, bajo la sombra de un pequeño árbol un grupo de 12 chicos decidieron que ya era hora de parir el sueño del club.
Fue al viernes siguiente, cuando un grupo de padres y madres nos reunimos para hacer todos los papeles que se requieren para la oficialización del Club Atlético Estrada.
Mientras tanto la historia continúa: chicos y grandes la estamos escribiendo con la vida...